El pasado viernes 23 de junio tuvo lugar el Curso de Introducción al Islam en clave de Hospitalidad dentro el Programa de Formación y Acompañamiento a Comunidades de Hospitalidad y a voluntarios y colaboradores a cargo de Josep Buades SJ , quien nos escribe esta interesante reseña:
Cuando la asociación Claver SJM acompaña a comunidades de hospitalidad, cuida las condiciones para que se produzcan encuentros interpersonales con hondura intercultural e interreligiosa. En proyectos como la Casa Mambré, Nazaret, los Espacios Berakah… se relaciona una mayoría de personas cristianas con una minoría de personas musulmanas. En el día a día, van sonando cosas como: la necesidad de reservar tiempos y espacios para las cinco oraciones diarias, la adaptación de menús para que los musulmanes puedan respetar la prohibición de ingerir ciertos alimentos, la adaptación de los ritmos cotidianos de vida en el mes de ramadán… También, en el día a día, se va notando un modo de hablar de la vida, en el que está presente la fe. Conforme suenan esos rasgos de la religiosidad y espiritualidad musulmana, se hace necesario contar con un buen marco de introducción al islam: eso quiso proporcionar Claver.
El taller empezó advirtiendo la perspectiva desde la que se presentaría el islam: la lectura que hace un cristiano que no pierde su referencia cristiana, a la vez que trata de adentrarse al máximo en la lógica interna del islam. Empezó también advirtiendo que no puede asimilarse el islam a una “religión” sin más: es religión, modo de vida y proyecto de organización social y política. Por otra parte, el islam no se entiende sin repasar la biografía de Mahoma y la historia de la formación de la comunidad musulmana en torno a la predicación del Corán, tanto por Mahoma como por sus primeros sucesores.
Para comprender el islam es preciso abordar los fundamentos de la fe en el Dios uno y único, creador, que transmite su palabra por medio de profetas y enviados, que es manifestado por ángeles y resucitará a los muertos antes del Juicio; tanto en lo que transmiten el Corán y la Sunna, como en lo ha elaborado la reflexión teológica.
Pero el islam es modo de vida y proyecto de organización socio-política. De ahí la importancia de captar que el centro de la vida musulmana es el discernimiento de la voluntad de Dios. El islam se desarrolla como un sistema normativo (ético y jurídico), y como hermenéutica para deducir las normas a partir de los textos fundamentales. La vida musulmana se asienta sobre los cinco pilares: la profesión de fe, la oración, el ayuno, la limosna legal y la peregrinación. También se despliega en las prescripciones éticas sobre alimentación, relaciones afectivas y familiares, finanzas, delitos y penas… Para comprender el islam es preciso discernir el significado de un término omnipresente: yihad, en lo que tiene de esfuerzo interior (combate espiritual) y en lo que tiene de reglas para el combate defensivo en caso de que se vea atacado el modo de vida musulmán. También es importante repasar algo sobre las relaciones entre musulmanes y no musulmanes.
En clave de hospitalidad, es bueno concluir la introducción con algunos apuntes sobre diálogo entre cristianos y musulmanes, sobre las posibilidades que dan los cuatro grandes tipos de diálogo: el de la vida, el de las obras, el de experiencias espirituales y el de expertos teológicos. Quienes conviven y dialogan, siempre tendrán que acomodar algo, ver qué pueden compartir, discernir cómo respetar las exigencias de la conciencia propia y del otro, a la vez que la forman con espíritu fiel y abierto.