Hoy celebramos la fiesta de San Pedro Claver, patrón de la asociación Claver-SJM. No es baladí que lo sea cuando se proyecta tanto rechazo sobre migrantes y refugiados, cuando se los menosoprecia, cuando se los despersonaliza. No es baladí que lo sea cuando parece que acompañar, servir y defender a migrantes y refugiados es un sinsentido o una amenaza al orden establecido.
Merece la pena volver la mirada sobre este icono que pinta la amistad entre el santo y un esclavo anónimo. Si aspiramos a algo como Iglesia, es a ese sentido de comunidad, de fraternidad entre los hijos e hijas de Dios.
Para la Asociación y quienes nos acompañan de diversas formas, destacamos el amor que dio a los que más abandonados estaban. Hoy la estampa cambia de época, pero el dolor y el sufrimiento no han desaparecido. Quienes compartimos con las personas migrantes sabemos la riqueza de este encuentro y apostamos en seguir apostando juntos por una auténtica hospitalidad.